Hernan Mamani Llojlla

Hernan Mamani Llojlla
Profesor de Educación Primaria

domingo, 6 de noviembre de 2016

COSMOVISION DE LAS TIERRAS BAJAS



LA COSMOVISIÓN DE LAS TIERRAS BAJAS
Por Hernán Mamani Llojlla
El conocimiento del mundo es la parte esencial del hombre, esta idea es adaptado desde el momento del nacimiento del ser humano, desde este punto de vista, entendemos que ésta forma de observar y conservar el mundo se atañe estrechamente con la vida; por lo cual, esto implica desarrollar y conservar la vida desde una mirada filosófica, epistemológica, antropológica, sociológica y psicológica; ya que la vida es un proceso cíclico que gira en función a los elementos vitales existentes en el mundo natural, social y cultural. Por ello justamente comprendemos que la vinculación de la vida con el entorno existencial es parte esencial del desarrollo de las sociedades; pues no olvidemos que desde la antigüedad todas las culturas del mundo han tenido que asumir una concepción del mundo, donde se explican la existencia del mundo y de sí mismo de manera recíproca y complementaria.
Desde este punto de vista, podemos subrayar que la vida no solamente consiste en el desarrollo del hombre como tal sobre la tierra; sino por el contrario, la vida es una forma de complementariedad en reciprocidad y armonía entre el hombre y la naturaleza existente en el mundo; al menos, esto es la concepción de las culturas existentes y desarrolladas en las tierras bajas del país y el mundo entero.
Entre las comunidades o pueblos que habitan las tierras bajas o amazonias, desarrollan y conservan la vida desde una concepción heurística, dialógica, complementaria, recíproca y en armonía con todos los elementos existen en su entorno natural y cósmico. Lo básico o el común denominador de su cosmovisión de estos pueblos es la relación con la esencia de la deidad; es decir, la mayoría de estos pueblos rigen la vida en medio de su comunidad relacionado a los deidades, donde expresan que su fe y confianza en los espíritus de sus muertos, de las montañas, de los montes, ríos, agua, etc.
Así por ejemplo, según las investigaciones y los análisis realizadas por el Ministerio de Educación de Bolivia, la cosmovisión de las diversas culturas se enfatizan, como sigue: los afrobolivianos, por ser aborígenes del continente africano, al igual que los demás pueblos, conservan su cosmovisión bajo las características de sus raíces culturales, especialmente de la parte Angola y Congo, quienes fueron traídos en condición de esclavos y denominados por sus amos como bestias de carga, una concepción o denominación que no cabe en la mentalidad y cosmovisión de las culturas de estas tierras bajas.
Por su parte Los Araona, conservan su cosmovisión creyendo en los espíritus (deidades), quienes aseveran que el entorno natural posee vida (postura animista). Según el cuaderno de PROFOCOM, estos pueblos, es difícil que crean en Dios, ellos buscan algo más sobrenatural sobre Dios.
Los Baure, se caracterizan por ser animista, afirman que los espíritus de la naturaleza denominados “achané” se encuentran desperdigados e inmersos en todos los seres vivos de la naturaleza (animales y plantas).
Así sucesivamente, cada cultura de las amazonias poseen y conservan su cosmovisión desde un punto de vista dialógico y complementario con las deidades del mundo natural; los Canichana, mantienen “la Danza del Machetero Loco”, que representa una combinación de valentía, apasionamiento, agresividad y recogimiento. Por otra parte, los Cariveño, mantienen sus creencias, especialmente las relacionadas con los espíritus del monte y de las aguas; ellos antes eran animistas, puesto que creían en fantasmas comunes. Asimismo, los Cayuvava, son supersticiosos, asumen gran temor por los espíritus de los muertos, pues creían en la inmortalidad del alma. Los Chacobo, creen en los animales, plantas, en los ríos, en las lagunas y en los muertos. Los Chimane, de manera general también creen en los animales, y la naturaleza que le rodea.
Los Chiquitano, los Esse Ejja, los Guarasug`we, los Guarayo, conservan sus creencias animistas. Los itonoma, que siendo animistas creen que la flora, la fauna, el agua poseen espíritus; los Joaquiniano, los Lecos, los Machineri, los Reyesano o Maropa, los Moré y los Moseten, por ejemplo tienen creencia sobre el mundo mítico. Y así las otras culturas de las amazonias, como los Movima, los Moxeño, los Nahus, los Pacahuara, los Sirionó, los Tacana, los Toronoma, los Yaminahua, los yuki, los Yuracaré, etc. Aunque de distinta manera, con diversos enfoques en determinadas ocasiones y contextos desarrollan sus cosmovisiones vinculadas a la madre naturaleza y sus elementos dinámicos e inanimados, ya que su mundo está regido por los espíritus o energías cósmicas telúricas y que los mismos siempre están en medio de ellos y junto a ellos.
Por tanto, la cosmovisión de las tierras bajas es un punto de reencuentro del hombre con la naturaleza en el marco de la complementariedad y reciprocidad en diversos espacios y tiempos. Esta forma de percibir el mundo bajo la concepción telúrica y complementaria de las culturas de tierras bajas, es la que  media el proceso de la fertilidad y productividad; es decir, así como el hombre demanda de la naturaleza, la misma madre tierra tiene necesidad de la reciprocidad y preservación de parte del hombre; justamente en eso consiste la cosmovisión de las culturas de las tierras bajas o amazonias.
BIBLIOGRAFIA:
Illescas, José; Gonzales García, Jimena et. Al. (2002): Acerca de las “sociedades Indígenas” o diálogo crítico con la cientificidad europea. Santa Cruz de la Sierra: 1ª edición.

Nosotros los yungueños. Testimonios de los yungueños del siglo XX. (2003). La Paz: (Mama Huaco).

Ministerio de Educación. Estructura Curricular y sus Elementos en la Diversidad: Saberes y Conocimientos Propios. Unidad de Formación N° 2. Cuadernos de Formación Continua. (2012). La Paz, Bolivia.


viernes, 4 de noviembre de 2016

DESCOLONIZACION Y EDUCACIÓN SUPERIOR

DESCOLONIZACION Y EDUCACION SUPERIOR
Por Hernán Mamani Llojlla

Entendemos por descolonización al proceso de liberación, a la manera de retomar la soberanía, según Ávila J, en su publicación denominada  Interculturalidad, educación y descolonización, la descolonización se puntualiza desde el punto de vista histórico que vivió los pueblos indígena originarios de Bolivia y de otros países, el cual a la letra dice: como proceso histórico involucra dar cuenta del proceso de colonización que lleva más de 500 años en sus diferentes manifestaciones, sin embargo algunas de ellas han expresado dos caminos que tienen dificultades pensadas separadamente del proceso de “colonialismo” al que hacemos referencia anteriormente, esto es, reducir la descolonización a la recuperación de la identidad, o reducirla a un problema de “igualdad”, además el mismo autor sostiene que la  descolonización no es una simple recuperación de la identidad, para eso se necesita las herramientas necesarias y posibles. La descolonización es un planteamiento político de construcción, no sólo de crítica. Implica también el hecho de que mi identidad no está en lo útil, sino en el horizonte, en lo que la cultura que ha apostado como disposición frente al mundo, explica. Entonces el mencionado autor hace entender que en el proceso de la colonización, se nos fue arrebatado un valor primordial, el cual es la identidad cultural; frente a ello, en la actualidad estamos en ese caminar de reocupación de la identidad con un enfoque dogmático y propositivo.
Desde ese punto de vista, percibimos el sentido conceptual de la descolonización al proceso donde se genere y se plasme el cambio del pensamiento en el marco de la reciprocidad y complementariedad. Se dice que los pueblos y naciones se descolonizan, porque fueron sometidos y mutilados culturalmente, socialmente e incluso económicamente por las culturas europeas, del cual deben apartarse para tomar sus propias decisiones y autogobernase, eso se percibe desde un punto de vista social y antropológico.
En este entendido, la educación superior en Bolivia fue instituido en un ambiente donde la colonización estuvo en su auge, por lo cual, sus características peculiares y propias se han venido desarrollando bajo un enfoque de preponderancia y con una formación orientada  a la dominación en el sentido formativo. El cual limitó la interacción directa e integración junto a una sociedad mayoritaria, una sociedad con una variedad de necesidades, problemáticas y aspiraciones que no han sido solucionadas, ni coadyuvadas por la educación superior; mas al contrario, esta parte del proceso formativo de acuerdo al sistema educativo en las diferentes épocas y gobiernos, para una persona que salió de aquella sociedad oprimida no era adecuado, ni acogedor; puesto que en estos espacios educativos recibía más opresión y humillación, debido a que durante la formación que alcanzó en educación secundaria no fue suficientemente desarrollado. Entonces, difícilmente se podía hablar de una educación de calidad en condiciones de igualdad y con carácter equitativo y único. En contexto dogmático y complejo surge la pregunta ¿será que en Bolivia, la educación superior se fue desarrollándose de manera vertical, autócrata, aislada o desparejada de las verdaderas situaciones o realidades de sus habitantes?
En este sentido, en función a los procesos analíticos y en el marco de las investigaciones desarrolladas sobre la funcionalidad de las universidades, comprendemos que para lograr una sociedad con pensamiento reflexivo sobre su realidad y la de su pueblo, la educación superior debe forjar una formación de seres competitivos investigadores con la capacidad de proyectar procesos que conlleven hacia el desarrollo de la sociedad, con un sentido tolerante, comunitario y recíproco en el marco de la complementariedad que plantea Medina en su obra “descolonización e identidad”; por su parte, Según Salazar de la Torre, citado por  Martha Otazú  enfatiza: Creo que la universidad tiene que ser amplia, de horizontes largos, estratégicos, pero básicamente la idea es de apuntar a la integración nacional y esto no se hace solamente con discursos románticos, sino también con argumentos que materialicen la integración, el vínculo entre los bolivianos
En función a la cita direccionada para las universidades, podemos manifestar que la educación superior no solo debe quedarse en un punto estático, desarrollando diversos contenidos planteados y desdoblados desde tiempos remotos; sino, que la educación debe formular contenidos relacionados con la manifestación tecnológica, practicas cotidianas, saberes y conocimientos de la diversidad de sociedades existentes especialmente en Bolivia; ya que es denominada como un Estado Plurinacional, al cual debería dar honor a ese nombre, esto significaría que el pensamiento burocrático y aristocrático de sus directores debe centrarse especialmente en las realidades vivenciales de los habitantes, solo de esa manera se podrá evitar que la gente se refiera de una manera infidente con respecto a la universidad.
Sin embargo, también podemos comprender que los nuevos profesionales que terminan su formación científica y profesional, debe conocer el contexto o el espacio geográfico donde va desenvolver y reproducir sus conocimientos desarrollados durante el proceso de su formación. Con el fin de satisfacer y solucionar las auténticas necesidades de la sociedad de su entorno, pues es desde donde se plantea la práctica de interculturalidad, el mismo entendiendo como una cualidad de integración y comprensión entre seres que habitamos el planeta y con la naturaleza que nos rodea. Porque si nos enmarcamos dentro los marcos de la política administrativa gubernamental del Estado plurinacional, en el sentido más amplio de su esencia es que la humanidad del mundo entero tome conciencia sobre la vida de la planeta tierra considerando como un elemento de vital y complementario en la vida de los seres humanos y otros seres vivientes.
BIBLIOGRAFIA
Ávila, Jiovanny Samanamud, Sociólogo-UMSA, Interculturalidad, educación y descolonización, Integra Educativa Vol. III / Nº 1.

Salazar de la Torre, Cecilia, investigadora y docente universitaria del Postgrado en Ciencias del Desarrollo de la Universidad Mayor de San Andrés (Cides UMSA), citada por Martha Otazú, comunicadora, colaboradora del SI-PIEB

Quintanilla Coro, Víctor Hugo, y otros, La educación literaria en la crítica de la descolonización, 2010, La Paz, Bolivia.
LA IDIOSINCRASIA DE LAS TIERRAS BAJAS:
“LA MISION”
(Película basada en la vida real)
Por Hernán Mamani Llojlla
El film de la Misión refleja la vivencia real de una sociedad de indígenas guaraníes de las tierras bajas ubicadas por las inmediaciones de las cataratas del Iguazú, durante el siglo XVIII, quienes desde su concepción y cosmovisión conservaban la vida de una manera natural y complementaria entre sí, a su vez con la misma naturaleza que les vio nacer, construyendo día a día así una sociedad armónica para las generaciones venideras; en un mundo donde su razón de ser se regía básicamente por la hermandad y reciprocidad.

En ese transcurrir, sucede que un día llega un enviado de la iglesia católica con el fin mediar ciertas inopias que existía entre España y Portugal; por otra parte, además para evangelizar y forjar la inculturación. Frente a ello, este pueblo indígena sorprendido de aquella presencia y por falta de una interacción propicia, percibe como un agravio y deciden eliminar atado y echando rio abajo.

Posterior a ello, la iglesia envía otro misionero jesuita, el padre Gabriel, quien mediante la música logra conquistar el consentimiento de los indios y es aceptado por esta sociedad de guaraníes y se crea la misión de San Carlos, a medida que se va construyendo la misión en los diversos sentidos de entendimiento, sea tangible o intangible, el cura jesuita Gabriel va comprendiendo e incluso se va apropiando de la realidad de este pueblo.

Sin embargo, pasado los tiempos como consecuencia del Acuerdo efectuado anteriormente en Madrid, la élite o la jerarca de los jesuitas son convocados ante Altamirano, nombrado por el Papa para decidir sobre el destino de unas misiones, creadas en un territorio perteneciente a la Corona Española, por una nueva delimitación de fronteras, que están ahora bajo el dominio de los portugués. Esta decisión por tanto, ahora afecta directamente a la misión de San Carlos, entonces frente a ello, el líder espiritual de esta tarea Padre Gabriel recibe órdenes de abandonar a nombre de la santidad. Pero este líder espiritual se resiste a dejar esas tierras que tiene encomendadas, al igual que los indígenas de la comunidad, que con la ayuda de otros padres de aquel entonces, por su parte también cuenta con Rodrigo Mendoza, un antiguo traficante de esclavos y mercenario de estas proximidades, ahora es parte de la misión, quien además a cambio de su santificación, toma la decisión de luchar junto a la comunidad indígena para defender la tarea que habían construido.

Entre tanto que el riesgo se va aproximando bajo una mentalidad de extrema asechanza, y antojadiza de devastación cultural, los indios a la cabeza del padre Gabriel y Rodrigo Mendoza se alertan, preparándose medios de defensa desde el punto de vista de su cosmovisión; es decir, no midieron el ímpetu que se venía sobre ellos, o quizás no imaginaron el peso de una tendencia despótica y avasalladora; sin embargo, en el momento de este topetazo agresivo, los nativos recibieron el impacto de la mutilación y la aniquilación;  no conforme con ello, los extravagantes enviados por la jerarca, continúan ingresando hacia el centro de la aldea donde encuentran a otro jesuita responsabilizándose de la adulación a Dios por medio del coro conformado por las mujeres y niños de la aldea, quienes son ultrajados y aniquilados al igual que sus consortes guerreros.
De esta manera se cumple el querer y el antojo de la sociedad dominante en complicidad con la alta jerarca de la iglesia católica, de quienes el pensamiento y la forma de ver el mundo es fatídico, insolente, indolente, arbitraria, desdeñosa, desconsiderado, etc. Pues su ambición es solo llenarse de riqueza y poder cuantas veces sea necesario a costa de los mal llamados seres serviles o bestias, según ellos.
Desde esta mirada, el mundo está de patas al revés tal cual manifiesta Galeano en su libro “patas arriba, la escuela del mundo al revés”, donde se siente la naturaleza discriminadora, fanfarrona y flageladora de los derechos inmensurables de los seres humanos, por parte de una cultura o sociedad que se cree prócer sobre la otra.
En el mundo actual, ¿será que existe aún esa realidad?, donde unos piensan que son superiores que los otros y no poseen sentimientos, ni necesidades al igual que ellos, el cual sería una ironía y a la vez paradójico para una colectividad pensante y analítico. Pues no se trata de que una cultura, un pueblo o una nación tengan que someterse dócilmente a las conductas antojadizas de un cierto grupo de personas que según ellos son los únicos; ni por ello, este grupo teóricamente considerado como privilegiado tengan que oprimir, achacar, mutilar en todo sentido de la vida, a los demás seres humanos. En el mundo todas las personas somos iguales, al menos eso se piensa desde un punto de vista humanitario, científico y antropológico.
Entonces en ese contexto la educación es responsable de esa labor para su socialización y su concientización, considerando que las personas reunidos en un grupo social comunitario poseen ciertas destrezas, tradiciones, saberes, pensamientos, necesidades y aspiraciones; los cuales de ninguna manera podrían ser embrolladas ni vulneradas por otras culturas con la finalidad de cambiar su parecer a la de ellos. Es decir, no puede una cultura pretender cambiar la direccionalidad, ni la ideología de otra cultura y encaminarlos en favor de ellos; sino más bien debe existir una interacción horizontal, convivencia en el marco de la tolerancia y aceptabilidad; pues eso es interculturalidad y es en este marco donde las sociedades con diversos pensamientos, tradiciones y necesidades, deben forjar un mundo igualitario y hermanado a partir de la educación en la vida y para la vida.
Por tanto, desde el punto de vista  de la educación, para llegar a una sociedad tolerante, igualitario y auténticamente civilizado, con un horizonte de emancipación cultural, en convivencia consigo mismo y con todo lo que le rod
ea, es necesario profundizar y poner en práctica la interculturalidad; pues el mismo se vincula con las ideas reflexivas y constructivas del Yampara S. donde distingue lo siguiente: La pregunta de fondo en todo esto es, ¿quién soy yo?, ¿quiénes éramos nosotros?, porque yo no soy simplemente un núcleo esencial puro, sino que yo me constituyo en relación a los otros y esa es la relación intercultural que se articula al proceso de descolonización, es decir, en el proceso de construcción del legado propio, en el proceso de reconstruir mi legado. Necesariamente esa relación es con los otros o con la otra cultura, bajo otra condición, no bajo una relación subordinada, sino bajo una relación menos subordinada (ya que esto involucra un proceso) y eso supone una interculturalidad, entonces, la interculturalidad aquí tiene dos connotaciones: la primera, la interculturalidad me va a permitir reconstituirme, y segundo y al mismo tiempo, la interculturalidad me va a permitir “construir lo común”.


BIBLIOGRAFIA:

Yampara, Simón, (2009). “¿Autonomía, autodeterminación o re-constitución del nuevo, Estado Qullana de los pueblos indígenas?”. En: Qhanañchäwi, Revista de sociología - UPEA Año 1, Nº 1.

COSMOVISIÓN TIWANACOTA

LA COSMOVISIÓN TIWANACOTA COMO REFERENTE EDUCATIVO EN BOLIVIA
Por Hernán Mamani Llojlla
La cultura Tiwanacota se ha caracterizado por ser una sociedad hegemónica en cuanto a la sabiduría, civilización y la transformación de artesanías, orfebrería, relativos a la acción humanitaria en esta parte del continente, donde tanto hombres y mujeres, desarrollaron sus pensamientos vinculado a la tendencia artística en el marco de la reciprocidad y complementariedad entre los seres humanos y los seres innatos que le rodeaban en su existencia; pues es donde también se observa la existencia del poder creativo y cooperativo en medio de la comunidad, donde también se refleja una de las fortalezas relativo a los valores sociales y culturales el cual fue la práctica de la unidad en pleno, donde sus habitantes presentaban tendencias hacia un solo horizonte y una sola manera de conservar la hermenéutica cultural, con el fin de expandirse y poder tomar el poderío sobre las culturas afines o contrarias a ella en el marco de sus límites territoriales.
En esta coyuntura política, económica, social y cultural que ha marcado trayectoria dentro de la historia de la humanidad, el crecimiento como sociedad ha dependido en gran manera de las formas de adiestramiento  e instrucción que se daba en medio de la cultura Tiwanacota, ya que el aspecto intelectual, ideológico y la práctica de las técnicas productivas, provenían de la vivencia diaria, donde los adultos tenían la misión de orientar la actividad de los niños hacia la supervivencia en medio de la colectividad, fortaleciendo el bien común sin desmerecer, ni escatimar las jerarquías que se dieron en aquel entonces.
En este sentido, el proceso formativo de las personas estaba orientado hacia la práctica de transmisión de conocimientos, practicas, vivencias y valores, pero una transmisión bien fundamentada, organizada, consensuada y con ciertos criterios y lineamientos que directamente fortalecía el desarrollo de la colectividad, pues esto ha sido una cualidad social y cultural de los pueblos y naciones civilizadas dese tiempos remotos. Este proceso tuvo como esencia formativa la práctica de los principios morales de la trilogía incaica, los cuales conllevaron a la transformación paulatina en el marco de la unidad como también la superación en los aspectos personales donde se ha consolidado una serie de procedimientos orientados a la transmisión de los procesos y condiciones a la nueva generación que vendría. El cual justamente formaba parte de la trayectoria cultural en comparación a las demás culturas circundantes y existentes en esta parte del globo terráqueo llamada tierra, específicamente la cultura Tiwanacota, el mismo desarrollado en un ambiente natural y holístico.
Entre tanto que se desarrollaba la ciencia, técnica y la tecnología, comparablemente se reafirmaba y se consolidaba la complementariedad de los entes naturales del medio ambiente en los procesos cognitivos, emocionales y desde luego en los avances de la productividad, el cual era la actividad que demandaba la mayor parte del tiempo de los habitantes, por ello en medio de esta cultura, las operaciones no solían transmitirse de manera parcial y unilateral; sino más bien de manera integrada y recíproca con todo lo que le rodeaba; es decir, la cosmovisión como esencia elemental del mundo andino estuvo presente en todos los procesamientos y consensos de la vida.
Desde este punto de vista, la educación era parte de la vida, en la vida y para la vida, donde el ser humano desde temprana era adiestrado en las actividades del bien común; pues en el marco de la subsistencia y desarrollo de la sociedad, cuya ideología era que todos sean tratados por igual sin ningún tipo de segregación de cualquier idiosincrasia, especialmente en el campo educativo, por lo cual , el pensamiento de aquella sociedad se regía bajo los principios morales de la trilogía (ama llulla, ama sua, ama khella), los mismos poseían un significado de magnitud en la vida de los seres humanos, donde la misma formación era orientado hacia la producción y por ende la educación se merecía un espacio oportuno y de gran importancia.
Pese al pasar de los tiempos o épocas, los mismos con sus propias perspectivas, formas de transformar la realidad por las diversas civilizaciones y por ende las prácticas de las características sociales y culturales de la cultura Tiwanacota, se han mantenido hasta nuestros días, donde el ser humano de la región de los andes de Bolivia especialmente y por los territorios por los cuales se fue expandiéndose la mencionada civilización, aun poseen aquellos aspectos culturales complementarios en el marco de la cosmovisión. Además, pese a la implantación de las diversas dimensiones teóricas de reformas educativas en distintas épocas, la cosmovisión de los pueblos y naciones indígenas originarios se han mantenido conservando su ideología educativa y formativa en función a los aspectos vitales y esenciales existentes en su habitad, y en estos últimos años se han fortalecido más aun en esta parte del territorio antes llamado Abyayala; es decir, la parte fundamental del desarrollo en las comunidades rurales y poblaciones suburbanas de Bolivia, principalmente en la parte altiplánica, ha sido la práctica de una formación horizontal y reciproca en medio de las actividades productivas agrícolas, pecuarias, pesqueras, los mismos complementadas y fortalecidas con las diversas actividades sociales y culturales que se van generando en medio de aquellas sociedades provenientes y pertenecientes ideológicamente aún a la cultura de los Tiwanacotas.
BIBLIOGRAFIA:

GRAN PODE ¿DEVOCIÓN O MERCANTILISMO?

FESTIVIDAD DEL GRAN PODER EN LA PAZ BOLIVIA
¿Creencia, devoción o mercantilismo?
Por Hernán Mamani Llojlla
La denominada fiesta del Gran poder realizada año tras año en la ciudad de La Paz Bolivia, hoy por hoy se ha convertido en un acontecimiento de emancipación económica, denominado como un evento cultural representativo de las expresiones artísticas, e cual en su etapa de introito erigieron además relacionándolos la expresión cultural con la gratitud por la productividad; ahora el mismo con un sentido de engreimiento cultural, descarriándose de un auténtico característico de la esencia cultural, encaminando bajo el concepto del folklore, del cual despliega muy disímil significado; por su parte, lo religioso también entra en la bandeja de análisis, el mismo matizándose con un sentido de materialismo, orientada a extremas inversiones en distintas maneras de expresiones en medio de una sociedad con características económicas distintas, heterogénea y pluricultural; es decir, donde los participantes de esta actividad se diferencian en distintos grupos sociales y con variadas formas de pensar; aunque en nuestro país se dice que el horizonte de nuestro destino está prácticamente cambiado en cuanto a la posición económica, del cual muchos de los habitantes del mundo dependemos para alcanzar una vida digna y el espacio o el contexto indicado no es la excepción.
Desde esa mirada, sin excluir ni ensalzar a ningún grupo social de los seres humanos con variados formas de manifestación y práctica cultural, sea cual sea su situación o condición económica, política y cultural, de manera voluntaria, consiente e inconsciente investimos y ejercemos alguna dogma, manifestación o creencia religiosa, el mismo ha sido aprovechado y adoptado como estrategia de aprehensión ideológica y cultural de los pueblos nativos por parte la iglesia católica; es decir, la iglesia se apodero de la parte espiritual de la dimensión humana para ligar a los pueblos aborígenes con el fin de efectuar el señorío sobre ellos, desde donde se emanan ciertos criterios o normas que rigen el caminar y la vivencia, sin tomar en cuenta las características culturales propias de estos pueblos. Desde este punto de vista, las creencias, tradiciones y toda clase de manifestaciones sean culturales y sociales en nuestros días se han convertido en una verdadera tragedia, a comparación de su existencia preliminar; ya que en aquellos entonces estas actividades estaban orientadas a satisfacer diversas necesidades relacionados con el sentimiento y emoción de gratitud por la siembra y la cosecha de productos en medio de la comunidad y para la comunidad; por ello es que ahora decimos “tragedia” en cuanto a la concepción ideológica y cultural donde su sentido de vida es muy distinto a la de una auténtica originalmente.
En la actualidad la festividad del Gran Poder es considerada y reconocida en el departamento de La Paz incluso a nivel nacional y conocida a nivel de cosmopolita como una ceremonia mayor con magnánimos episodios. Mientras que la cultura occidental con un pensamiento de laceración y arbitraria, aun continúa con la práctica de injerencia política, económica y cultural, mediante este tipo de acontecimientos denominados festividades, justamente mediada por la iglesia católica, ahora es un medio de interacción en medio de la complejidad cultural. Es decir, la iglesia ahora es un legado para efectuar la interacción y convivencia a nombre de la interculturalidad en medio de una sociedad emancipadora con raíces culturales, más que todo de los aymaras, a quienes les fue transformando en una sociedad egoísta, individualista, vanagloriosa y engreída; pues hoy en día, esta sociedad a nombre del folklore y devoción busca llenarse de riquezas y de poder para dominar económicamente a sus propios hermanos que o cuentan con una economía solvente e ineludible, ahora la pregunta es ¿será que verdaderamente la gente participa por devoción?, por su parte también surgen otras interrogantes ¿del total de los participantes, cuántos creerán que poseen y practican la verdadera devoción? o simplemente ¿deben organizar y participar para obtener más riquezas o ingresos económicos a costa de otros?; es decir, estas actividades se organizan a nombre de la práctica cultural e intercultural para lucrar económicamente, puesto que en este tipo de acontecimientos prima el consumo y el mercantilismo.
Por tanto, es ahí donde se observa claramente la práctica de egoísmo, posturas de individualismo, vanagloria y jactanciosa; y no se ve de ninguna manera aquella que llamamos la convivencia, hermandad y la confraternización, el cual desde un punto de vista educativo es justamente enfatizada en la práctica de la interculturalidad; pues la interculturalidad supone también hablar de diálogo y de paz, lo que desde lo “indígena” se ha llamado “armonía”. Esto es un modo de relación con el mundo donde uno “es” constituyéndose con el otro, pero también dejándose constituir (Panikkar, 1990), es decir, “dejándose ser”, dejando de lado las pretensiones de dominación. La interculturalidad, por tanto, no se puede reducir a un concepto, no significa simplemente una determinación conceptual ya racional, es también una disposición. Uno no es intercultural porque aplica un concepto, se trata de una disposición.

BIBLIOGRAFIA:
Ávila, Jiovanny Samanamud, Sociólogo-UMSA, Interculturalidad, educación y descolonización, Integra Educativa Vol. III / Nº 1, La Paz, Bolivia.


Panikkar R. (1990). Sobre el diálogo intercultural. Salamanca, España.